Uno de los días que me levanté temprano porque no podía dormir, me dispuse a tomar un poco el aire fresco de la mañana, ¡qué frío...! Rápidamente me metí dentro de la casa y vi un poco la tele.
Al poco rato se levantó mi abuela a quien le di un gran abrazo, me comentó que me tenía guardada una sorpresa.
Cuando amaneció estuve toda nerviosa pensando cuándo me daría el regalo. ¡Y si al final ha pensado que no me lo da...!
Después de comer me dijo si quería ir al río para refrescarme, yo le dije que me encantaría. Nos lo pasamos muy bien.
Así pasó el verano, sin darme cuenta, al final me olvidé del regalo pensando que el verdadero regalo era su compañía.
Ahora que se ha ido, me acuerdo todos los días de ella y siento que me cuida desde el cielo.
Ana, que bonito cuentoy que bonita frasela ultima.¡Felicidades!
ResponderEliminarCarmen
¡Muy bonito el cuento!
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