Un día, mi abuelo nos contó cómo se hacía la matanza:
"A veces, nosotros matamos el cerdo, otras con ayuda de quien nos lo vende".
En la última matanza fuimos a una granja de Villangómez (Burgos), que además tenía otros animales como burros, perros y caballos que estaban sueltos.
Nos mataron cuatro cerdos; dos grandes y dos pequeños. Cuando fueron a buscar el tercero, el cuarto se escapó y nos tocó correr para escondernos. Íbamos seis personas mayores y seis niños, entre ellos, iba yo.
Uno de los cerdos le dio con la pata en la cabeza a mi tía y la manchó de sangre cuando la estaba recogiendo en un cubo.
Al final nos dejaron subirnos a unos caballos. Después nos fuimos a Valdorros (Burgos), nosotros en coche y los cerdos en un remolque.
Allí los quemamos con paja para quitarles los pelos. Más tarde los lavaron con agua caliente y los abrrieron para sacarles el esternón, las tripas y el corazón.
Después los atan a una escalera grande colgados durante un día para que la carne se quede fría y tiesa.
Al día siguiente, se estaza el cerdo para sacar los jamones, los lomos y la carne con la que se harán los chorizos y salchichones, hasta dejar los huesos limpios.
Si quieres saber más, aquí tienes un vídeo sobre la matanza del cerdo ibérico en Extremadura.
Maria, me ha parecido muy interesante, creo que son costumbres que se están perdiendo ,garcías por recordármoslas.
ResponderEliminar!Fekicidades!
Carmen.