domingo, 31 de enero de 2010

¿Qué es la Paz?

¿Quieres que te diga
qué es la Paz?
Yo te lo puedo contar.

La Paz es hablar.
La Paz es compartir.
La Paz es ayudar.
La Paz es ser uno más.

Todos podemos ayudar a la Paz.
Aquí en nuestro colegio,
mi padre en su trabajo,
mi familia en casa,
y yo cuando voy a jugar.

Nos valoran

En el dinámico blog "Sonrisas de mil colores" de nuestra amiga virtual elizana, valoran nuestro trabajo

Te damos las gracias por todo lo que nos motivas para seguir esforzándonos cada día un poco más.

sábado, 30 de enero de 2010

El campamento

Hoy Marta se ha apuntado a los campamentos de Pineda. Mañana el autobús la recogerá a las nueve, antes de irse a la cama prepara los libros que va a llevar.
Por la mañana, Marta, se despierta y se viste rápidamente y le dice a mamá:
- Mamá me puedes preparar las tostadas.
- Vale, pero no tardes mucho.
- Me falta coger mi maleta y bajar.
- ¿Quieres mermelada de fresa o de naranja?
- De fresa, mamá, sólo faltan 20 minutos para irme.
- Bueno... ¡Pues cuando llegues abres este regalo!
- ¡Gracias mamá, besos y más besos!
- ¡Adiós Marta y que te lo pases bien!
Al subir Marta ve a dos chicas y a un chico hablando, Marta se enamora completamente de él. Es tan guapo… piensa Marta, y se sienta a su lado, pero el chico dice:
- Perdón, pero está ocupado.
- Bueno...Sabrías dónde podría sentarme.
- Sí, mira en la primera fila.
- ¡Gracias!
- De nada.
Y se sentó al lado de una niña llamada Carla. Las dos se hicieron grandes amigas en el autobús. Al llegar hicieron un juego de representación, aunque algunos eran unos gamberros, intentaron portarse bien.
Por la noche hicieron un juego de luces y... ¡Ganó Marta!
Todos los días hacían una fogata y dos o tres juegos.
Carla y Marta se hicieron una gran amistad y también tuvieron bastantes amigas, tres chicos que las querían y algunas enemigas.
A veces, iban al bosque, a la playa, a algún lago, etc.
El penúltimo día fueron a ver un castillo desalojado.
Carlos, Carla y Marta querían entrar, pero los monitores no les dejaron. Ese día comieron paella al lado del castillo y empezaron a contarse historias.
Los monitores hablaban del castillo y sus maldades, pero como se hizo muy tarde tuvieron que acampar allí.
Por la noche, Carlos, Carla y Marta decidieron visitarlo, y en la entrada vieron un cartel que decía:
“Cui.....o con l...s fan.....mas” pero no lo vieron y entraron... ¡Ay! Gritó Marta, hay arañas más de mil!
Carlos la tranquilizó dándole sus guantes... y siguieron el pasillo.
Pero al final encontraron una armadura y....
¡Dentro vieron un enorme diamante, pero cuando lo iban a coger cayeron en una trampa.
Mientras caían Carlos dijo a Marta:
- Marta te quiero.
Y Marta respondió:
- Yo también te quiero.
- Bueno, adiós chicas.
- Adiós chicos.
Pero justo cuando se creían entonces muertos, algo les llevó a la salida. Y se olvidaron el diamante. Desde ese día son muy buenos amigos.

jueves, 28 de enero de 2010

Reina y dama


María y Paula han sido elegidas "Reina" y "Dama" en las fiestas del barrio de San Julián.

¡ENHORABUENA!

La casa del pánico

Hoy os presentamos nuestro primer trabajo colaborativo con otro blog amigo. Se trata de Blogmaníacos, del CEIP Virgen de Belén de Jacarilla (Alicante), con cuya profesora, Conchita López y sus alumnos de 5º de Primaria, estamos "hermanados" desde principio de curso.
Hemos elaborado textos conjuntos que han empezado los blogmaníacos y han terminado los burgaleses.
Os dejamos la primera de nuestras cinco colaboraciones.
Esperamos que os guste.


miércoles, 27 de enero de 2010

Imagínate Andrea

Paz en el mundo

Queremos la paz
y no la guerra.
Queremos la pazpara sentirnos mejor.
Queremos la pazy no la violencia.
Queremos la pazporque nos da felicidad.
Queremos la paz
y no el sufrimiento.
Queremos la pazporque nos hace soñar.
Queremos la paz
para construir
un mundo mejor.

martes, 26 de enero de 2010

Para nuestro amigo Iván

La Paz

¿Cuántas banderas hay?
Muchas banderas, muchos países,
muchos pueblos y muchas ciudades.

¿Cuántos cumplen la Paz?
Pocos la cumplen
de todos los que hay.

La violencia qué fácil es
conseguirla.

La Paz, qué díficil es
tenerla.
¡Qué pocos
intentan conseguir esa palabra!

Muchos dicen, pocos reaccionan.
¿Queréis que siga así?
Yo no. Reúnete conmigo.

Cantad todos
la canción de la paz alto
y que la oigan todos.

lunes, 25 de enero de 2010

La sorpresa misteriosa



Los niños acababan de salir del colegio y muchos de los padres no habían llegado a recogerlos porque las calles estaban llenas de agua.
Los profesores al ver que no venían, llevaron a los niños al salón de actos.
La lluvia no paraba y las calles seguían llenas de agua. Los niños jugaban en el salón de actos, pero algo ocurría… Uno de ellos había salido al baño, la profesora que le había dado el permiso, se dio cuenta de que no volvía. Fue al baño para ver lo que había pasado, pero allí no había nadie. Volvió al salón y todos los niños habían desaparecido.
La profesora buscó por todos los sitios y al llegar a la clase de 5º A vio a un niño sentado y la profesora fue a preguntarle:
- ¿Dónde están todos los demás?
El niño no respondía y cuando la profesora se iba a marchar, el niño señaló a la ventana.
La profesora se acercó a mirar, no había nada y cuando se giró, el niño ya no estaba y la puerta se cerró con tranco.
Al ver que el niño no estaba fue a buscarlo, y cuando llegó a la clase de 6º B, todos los niños gritaron: ¡FELICIDADES!

domingo, 24 de enero de 2010

Haití: ideas solidarias

Terremoto en Haití - Víctimas infantiles from http://vimeo.com/educacontic on Vimeo.

Un genio entre monjes

Un genio llamado “Alu-Bia” se encontraba entre unos monjes del convento de Silos.
Os preguntaréis: ¿Cómo llegó hasta allí?
Pues llegó así:
Un señor que fue a visitar el famoso convento de Silos, perdió a su mascota “Alu-Bia”.
Un día, mientras “Alu-Bia”, muerto de hambre, buscaba su manjar “pipas de girasol”, vino una excursión de niños como todos los días ocurría.
Entre ellos se encontraba uno llamado: “Carlos Calabaza”, el más despistado, también le gustaban las pipas de girasol.
Carlos Calabaza llevaba el bolsillo de la mochila abierto y “Alu-Bia” oliendo las pipas se preguntó:
-¿Quién habrá traído mi manjar?
“Alu-Bia” siguió el rastro hasta que llegó a la mochila de Carlos Calabaza.
“Alu-Bia” subió hasta el bolso de la mochila y se metió. Se estaba poniendo las botas cuando de repente a Carlos le entraron ganas de comer pipas de girasol, las fue a coger y vio a “Alu-Bia”; se asustó y gritó:
¡HHHHHHHHHAAAAAAAAAY... UN BICHO... EN MI MOCHILA!
“Alu-Bia” intentó escapar con la bolsa de pipas, Calabaza siguió corriendo al genio y se le caían todas. Después de un buen rato de persecución “Alu-Bia” se metió por un hueco, Carlos intentó meterse, pero como no cabía, pensó en un plan.
Como a ese bicho le encantaban las pipas, le pondría una trampa que consistía en que “Alu-Bia” saliera y al comer las pipas Carlos saltaba la tabla para darle, pero ocurrió así:
Como “Alu-Bia” tenía un poder de genio, se comió las pipas y justo después, cuando Carlos soltó la tabla, “Alu-Bia” no estaba, sólo había un montón de cáscaras. Carlos le puso una barrera y no pudo entrar por el hueco. Lo cogió, lo metió en el bolsillo pequeño de la mochila con dos pipas y lo acompañó el resto de la visita y regresó a casa con una nueva mascota.

Un lunes cualquiera

Al llegar al colegio, hoy estaba desanimado. Me cuesta mucho, después de un fin de semana sin colegio, ponerme al ritmo de antes.
Después de la clase de Inglés, al terminar de corregir la tarea de Matemáticas, hemos aprendido a hacer unos problemas de gráficos. Me han parecido muy interesantes.
La alegría me ha durado poco ya que por hablar nos han puesto un ejercicio más de tarea.
En clase de Lengua nos han explicado las palabras compuestas que me han resultado un poco aburridas.
La última clase ha sido de Conocimiento, estaba agotado y tenía mucho calor porque en la sesión anterior de Educación Física hemos hecho mucho ejercicio.
Nos han puesto un examen sorpresa de Conocimiento y creo que lo he tenido casi todo bien.

viernes, 22 de enero de 2010

Diario personal

Hoy en el colegio me lo he pasado bien porque a primera hora en Inglés, hemos estado en ordenadores haciendo ejercicios sobre los empleos. Después hemos tenido clase de Matemáticas que es una clase muy divertida, además es mi asignatura favorita, y hemos aprendido a dividir con decimales en el dividendo y en el divisor.
A continuación nos tocaba Lengua y hemos empezado a leer un libro muy gracioso titulado "Imagínate Andrea" y seguidamente hemos estado haciendo ejercicios con el uso del porque.
La siguiente asignatura ha sido Educación Física en la que hemos realizado ejercicios de fuerza y un partido a campos quemados, pero no lo hemos terminado.
Para terminar la mañana, Conocimiento, hemos hecho un examen sorpresa y a mí me ha salido bien.

jueves, 21 de enero de 2010

Un día cualquiera

Imagen obtenida en el blog "Dirbanas"

Esta mañana mi madre me ha despertado encendiéndome la luz, he hecho la mochila y me he puesto a desayunar. Después me he lavado los dientes y la cara, me he vestido y he venido al colegio.
A primera hora hemos tenido un examen de vocabulario de Inglés, hemos corregido la tarea y nos ha puesto la del día siguiente.
A segunda hora Matemáticas: hemos corregido los ejercicios, nos ha explicado Julita una forma de hacer problemas y un tipo de división con decimales.
A tercera hora, Lengua, hemos leído el libro "Imagínate Andrea" y hemos corregido la tarea.
A cuarta, Educación Física: hemos hecho un circuito, fuerza y hemos jugado a campos quemados.
A última, Conocimiento, repaso y trabajo personal.

miércoles, 20 de enero de 2010

Carlos y sus despistes

En un colegio público llamado “Santa María de Arcos” que estaba en Villarreal, como viaje de fin de curso los alumnos de 5º B iban a ir el día 22 de mayo a visitar la Catedral de Burgos.
Carlos, que era uno de los alumnos, estaba muy contento pues le gustaba mucho la Historia y los monumentos y Burgos tenía mucho que enseñarle.
Ya llegó el momento deseado por él, ¡Carlos estaba nerviosísimo por ver esta ciudad!
Después de una hora de viaje, llegaron a su destino. Nuestro protagonista se quedó sorprendido de lo bonita que era la ciudad, con paseos y jardines, pero se sorprendió más al ver la catedral.
Sacaron entradas para todo el grupo y la profesora les dijo que estuviesen atentos a la explicación. El guía les fue explicando todo, el Papamoscas, el Altar Mayor, la Capilla de “El Cristo”, etc.
Carlos que era muy despistado, se distrajo viendo el Papamoscas y cuando se quiso dar cuenta, su grupo ya no estaba. Intentó buscarles, pero la Catedral era muy grande, no sabía por dónde seguir, empezó a ponerse nervioso. ¡Había muchos pasillos! Esto es un laberinto, pensaba Carlos. Se acercó a un grupo de visitantes, pero no le entendieron pues eran japoneses.
Desesperado, buscó la salida y comentó a la recepcionista que estaba allí que estaba perdido.
Al momento, la señorita por megafonía informó de la pérdida de Carlos. Al instante se presentó su profesora Marisol y lo encontró hecho un manojo de nervios.
Marisol le dijo:
- ¡Qué raro Carlos, tú como siempre en tu mundo, tienes que estar con tu grupo!
La profesora dio las gracias a la recepcionista y Carlos ya no se separó en todo el día.
Siempre tendrá como recuerdo de Burgos que se perdió viendo lo bonita que es la Catedral.

El semáforo

Esta mañana como todos los lunes me ha costado levantarme para ir al colegio.
Después de desayunar y pasar por el baño, he salido con bastante tiempo para ir a clase.
Al llegar a un semáforo había un atasco peatonal, después de un rato hemos sabido que estaba roto, cuando ha pasado la policía la hemos llamado y ha parado la circulación para poder pasar.
Al final he podido llegar al colegio y allí todo ha transcurrido tan interesante como otros días.

lunes, 18 de enero de 2010

Carlos, el arquero

Hace muchos años en una ciudad medieval, en un remoto lugar, llamado Ávila, gobernaba el Rey Alfonso XX. En esa época estaban acabando de construir, la que en tiempos futuros sería su famosa muralla, la muralla de Ávila, para defenderse de los enemigos.
Carlos era un arquero centinela al servicio de su Rey. Se pasaba los días en lo alto de la muralla de lado a lado mirando por si venía algún enemigo hasta que le mandaron a realizar una tarea fuera de su ciudad. Estuvo fuera una semana y al volver se encontró que habían atacado, a través del trozo de muralla que faltaba por terminar. Los Romanos, que eran los enemigos, habían secuestrado a los habitantes de Ávila entre ellos a su padre y a su abuela. Carlos quería salvarlos, pero sabía que si iba sólo, lo matarían. Como conocía muy bien la muralla, sabía que a través de ella había pasadizos secretos. Consiguió llegar a la sala del trono, donde estaba el líder de los Romanos: Julio César. Junto con cinco valientes compañeros, tramaron un plan.
Poco después los Romanos encontraron a su jefe muerto de un flechazo, Carlos lo había matado y sus compañeros liberaron a los campesinos.
Al día siguiente todo el ejército romano buscaba a Calos, que se escondió en los muchos pasillos de la muralla, aguantó hasta que el ejército de Alfonso XX, que estaba luchando en otro lugar, llegó y liberó a Ávila, su muralla y sus habitantes de los invasores romanos.

viernes, 15 de enero de 2010

El Cid nuevo

Hace mucho tiempo, en el año 1060, nació un niño en León, llamado Juan. Cuando tenía diez años, un día se le ocurrió leer el libro del Cid Campeador. Después de leerlo, le gustó tanto que deseó ser como él. Quiso llamarse Cid y ser como él.
Fue a la catedral de León e intento bautizarse como el Cid, pero no le dejaron. Así que decidió quedarse por la noche y bautizarse él sólo.
Cuando era de noche, entró en la catedral por la ventana, estaba todo oscuro, así que se llevó una vela. Primero fue para un lado y no encontró la pila bautismal, se fue a otro lado, tampoco; se fue para delante… ¡Vio un ratón hablándole! Se asustó tanto que se fue para atrás y se chocó con una columna, se dio tal golpe que se desmayó. Al despertarse se encontró en el suelo con un saco de hielo en la cabeza y al ratón cantándole una nana. Juan le preguntó…
-¿Qui-qui-qui…quién eres?
El ratón respondió:
-Soy un ratón solitario que vive en la iglesia.
Juan tartamudeando preguntaba:
¿Ha-ha-ha-hablas?
-Si soy un ratón que habla ¿Quieres ser mi amigo?
-Me gustaría mucho, pero tengo que bautizarme como Cid e irme de casa.
El ratón dijo:
-Yo te puedo conducir a la pila bautismal, pero a cambio tendrás que ser mi amigo.
-Vale, pero para ir tendrás que pasar muchos obstáculos, porque los curas la protegen muy bien.
-Pongámosla en marcha, y por cierto, ¡la catedral de León es preciosa!
Fueron hacia una puerta muy grande y el ratón pasó por debajo, pero Juan no cabía, así que tuvieron que ir por otra parte. Lo intentaron por muchas y la última estaba abierta. Ellos pasaron, pero se encontraron a otro ratón que no les dejaba pasar. Juan le quiso pisar, pero el ratón amenazó con llamar a un cura; ellos le suplicaron que no lo hiciera, pero, al final, lo hizo.
El cura le riñó muchísimo a Juan, le llevó a su casa y su madre le echó otra bronca y le castigó dos semanas sin ir al colegio.
Sin embargo, Juan siguió con esa idea en la cabeza.
Lo intentó otra vez, pero se encontró a un gato que hablaba y pasó lo mismo que con el ratón anterior. Esta vez le descubrió otro cura mucho más duro y estuvo media hora echándole la bronca. Así que el cura se quedó afónico…
El cura le llevó a su casa y su madre le castigó dos meses sin ver la tele y una semana sin jugar a la Nintendo y tres días sin jugar con su perro.
Al final Juan decidió quitarse esa idea de la cabeza.

jueves, 14 de enero de 2010

Visita al Coliseo

Érase una vez un niño que le encantaba saber muchas cosas y ser un explorador. Se llamaba Martín, tenía 12 años y era muy listo.
Él sabía que aprender es importante para el día de mañana.
Pasaron los días y Martín cumplió 13 años. Como regalo de cumpleaños pidió ir a visitar un monumento.
Vivía en Salamanca con su familia. Sus padres se decidieron por la visita al Coliseo de Roma. Cuando llegaron, Martín se sorprendió y le preguntó a su padre:
- ¿Te gusta?
- Sí, es gigantesco.
El guía les explicó que había asientos para 35.000 espectadores y que antiguamente se organizaban luchas de animales y de gladiadores. En la actualidad se encuentra en ruinas a causa de terremotos y de ladrones de piedra.
Martín se quedó con la boca abierta, y cuando se hizo mayor, al acordarse del Coliseo, decidió ser profesor de Historia.

miércoles, 13 de enero de 2010

¿Qué cae más rápido?

Las aventuras de Rosa

El 1 de noviembre de 2009 en Burgos, una niña llamada Rosa, fue con sus padres a la catedral de Burgos. Entraron, fueron viéndola de un lado a otro. ¡Era superbonita! Rosa se despistó un momento, se fue por un pasillo y sin mirar por dónde iba, se cayó por un hueco. Cuando despertó, no sabía dónde estaba, anduvo muchísimo hasta que de cansancio, se durmió.
Cuando despertó estaba arropada y con fuego; de repente, salió un monje por una puerta.
Rosa estaba asustada, no sabía quién era ni dónde estaba. La niña le preguntó:
- ¿Dónde estamos?
- Y el monje respondió: - en la catedral vieja, atrapados. Encima, está la catedral nueva.
- ¿Y cómo podemos salir de aquí?
- Sólo hay una forma- dijo el señor. Encontrando un libro en cuyo interior hay un mapa, en el cual está dibujada la salida.
- ¡Vamos a buscarlo! Pero… cómo si hay mil pasillos.
- Te ayudaré a encontrarlo. ¡Empecemos!
Rosa y el monje comenzaron la búsqueda. Por el camino se encontraron una araña. Rosa le preguntó:
- ¿Por favor, sabes dónde hay un libro dentro de una caja?
- Sí, dijo la araña y les llevó al pasillo donde estaba.
La niña agradecida le dio las gracias y empezaron a cavar un hoyo hasta encontrarlo. Por fin la hallaron. Consultaron el mapa. ¡Vaya peligro! Después de un río lleno de cocodrilos tuvieron que matar a un dragón que expulsaba fuego. Menos mal que estaba dormido y no les vio.
El monje y Rosa fabricaron una trampa con un agujero en el suelo, la taparon con un poco de paja y pusieron de cebo una rata. El dragón se despertó, muy enfadado expulsó fuego, pero se cayó por el hueco.
Dos horas más tarde vieron un rayo de luz. ¡El Sol! El monje estaba feliz y Rosa también por haber ayudado al monje a salir de allí. Éste le dio las gracias a la niña, salieron… y allí estaba la policía buscando a Rosa. Los padres se pusieron contentísimos al verla. El monje no sabía a dónde ir y la niña le dijo:
- ¿Por qué no te quedas con nosotros hasta que encuentres una casa?
Los padres aceptaron. Finalmente, el fraile tuvo su casa y Rosa cada fin de semana iba a visitarle y los dos juntos escribían cuentos de aventuras.

lunes, 11 de enero de 2010

Póster digital

Las palabras "pósters" y "cómics" llevan tilde. El tipo de letra utilizado no tiene tildes.
Pulsa en la imagen para verlo completo

sábado, 9 de enero de 2010

Volvemos con muchas ganas

Se acaban las vacaciones. El lunes toca ir al colegio, seguir con las responsabilidades, volver a la rutina del trabajo diario... pero nos esperan grandes proyectos.
Estrenaremos Pizarra Digital en el aula y nuevas formas de trabajo.
¡Así que empezamos encantados y muy ilusionados este segundo trimestre!

Os dejo un interesante vídeo para que sigáis sus consejos.



sábado, 2 de enero de 2010

Los Reyes Magos son de verdad

Esta historia nos la envía la familia de un exalumno.
GRACIAS por compartirla.

Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escucharle como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo:
- ¿Papá?
- Sí, hija, cuéntame.
- Oye, quiero... que me digas la verdad.
- Claro, hija. Siempre te la digo -respondió el padre un poco sorprendido.
- Es que... - titubeó Blanca.
- Dime, hija, dime.
- Papá, ¿existen los Reyes Magos?
El padre de Blanca se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.
- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?
La nueva pregunta de Blanca le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:
- ¿Y tú qué crees, hija?
- Yo no sé papá, que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tú no me engañas; pero, como las niñas dicen eso.
- Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos, pero...
- ¿Entonces es verdad? -cortó la niña con los ojos humedecidos-. ¡Me habéis engañado!
- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen-respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Blanca.
- Entonces no lo entiendo papá.
- Siéntate, Blanquita, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla -dijo el padre, mientras señalaba con la mano el asiento a su lado.
Blanca se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:
Cuando el Niño Jesús nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:
- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.
- ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.
Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:
- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. ¡Pero sería tan bonito!
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y su voz se escuchó en el Portal:
- Sois muy buenos, queridos Reyes Magos, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?
- ¡Oh! Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero no podemos tener tantos pajes, no existen tantos.
- No os preocupéis por eso -dijo el Niño-. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
- ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes Magos con cara de sorpresa y admiración.
- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños?
- Sí, claro, eso es fundamental - asistieron los tres Reyes.
- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?
- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje -respondieron cada vez más entusiasmados los tres.
- Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?
Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que el Niño Jesús estaba planeando, cuando su voz de nuevo se volvió a oír:
- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.
Cuando el padre de Blanca hubo terminado de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:
- Ahora sí que lo entiendo todo papá. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado.
Y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano mientras decía:
- No sé si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero.
Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.

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