Hace ya un tiempo, en un pueblo llamado Granja Quintanilleja se perdieron unos niños de 3 años llamados Juan, Pedro, Lucas y Carlos.
Carlos era hijo de Román.
Un día de sol Román y sus amigos fueron a dar un paseo por el monte, iban conversando cuando Román dijo:
- ¡Vamos a descansar!
Mientras comían un bocadillo, uno de ellos tocaba la flauta travesera. Román oyó unos gritos, comenzaron a buscar; lo único que vieron fue un baúl abandonado. Se acercaron hasta él para ver si los ruidos procedían de allí.
Para sorpresa de todos, encontraron a los niños y Carlos, el hijo de Román, salió el último; les dieron algo de comer, desde allí los llevaron a sus casas. Después celebraron una fiesta y al anochecer entregaron un regalo a cada niño. Román le entregó un peluche que se parecía a él.
María.Muy bonito tú cuento.¡Felicidades!
ResponderEliminarCarmen.
María, tu cuento es precioso.
ResponderEliminarSi que tenian un fino oído esos personajes.
¡Qué imaginación tienes!