martes, 23 de noviembre de 2010

Que vienen los extraterrestres

“Querido diario, hoy me mudo a un pueblo llamado Cogollos, es algo pequeño, pero presiento que me lo voy a pasar genial. Estamos colocando las cosas en la nueva casa, bueno por ahora no tengo nada que decirte”.
- Laura a comer. Dijo su madre.
- Ya voy mamá
- Mañana irás al colegio.
- Pero mami ¿Está muy lejos?
- No, está aquí al lado.
Al día siguiente:
- Mamá, adiós.
- Vale hija, que te lo pases bien.
Al llegar:
- Hola chicos, os presento a vuestra nueva compañera. Se llama Laura.
Roberto dice:
- Hola Laura.
- Hola ¿Cómo te llamas?
- Yo, me llamo Roberto.
- Y yo me llamo Luisa.
- Y yo Roseline.
- Bueno, es hora de iros y no os olvidéis estudiar.
- Vale profe.
Al volver a casa Laura no ve a sus padres, entonces va a buscar a sus vecinas, Luisa y Roseline, que son hermanas.
- Chicas, habéis visto a mis padres, no les encuentro.
- Qué coincidencia, nosotras tampoco.
Entonces fueron a buscar a Roberto y también pasó lo mismo.
Después fueron a ver por algunas partes del pueblo. Sólo quedaba por mirar el Polideportivo. De repente, vieron una nave espacial aterrizando allí y fueron a ver lo que era. Miraron a ver qué pasaba y, vieron a todos los padres del pueblo, incluidos los suyos, trabajando en las minas, aunque también vieron un extraterrestre mandando. A Roberto se le ocurrió otra idea y todos votaron por ella, lo primero era despistar al guardia, eso le tocó a Roseline y a Luisa, lo segundo era que los otros entrasen. Eso hicieron, pero al entrar tenían que pasar por unos rayos láser, al intentarlo Roberto se cayó y le pillaron, Laura siguió, y pudo pasarlos. Esperó a Luisa y a Roseline que al final vinieron, siguieron por el pasillo que cada vez era más oscuro y más oscuro hasta que al final se detuvieron en una sala enorme. Y Luisa dijo:
- No, será mejor tener cuidado.
- Sí, tienes razón.
Entonces tiró un caramelo, y miles de flechas le salieron disparadas, se le ocurrió trepar, lo hicieron y funcionó. Allí delante había un extraterrestre que contó la profecía y dijo:
- Aunque la profecía diga eso, vosotras no me pararéis nunca.
Las tres en un acto reflejo se apartaron, cogieron una espada de la pared y lucharon hasta que al final le ganaron, Luisa pisoteó la piedra mágica que tenía y todo volvió a la normalidad. Las dieron una medalla de honor y fueron reconocidos en todo el mundo como grandes héroes.

1 comentario:

  1. Roseline Que cuento más imaginativo, esta genial.

    Carmen.

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