Había una vez una niña llamada Lucía. Un día fue a dar un paseo por el bosque. Oyó una pequeña explosión, se aproximó a ella y vio cómo un bruja estaba batiendo una olla.
Cercana a ella había una mesa con muchos ingredientes, todos muy raros y un libro. Cogió el libro, pero por más que intentaba leerlo no podía. Estaba escrito en lenguas extrañas. Así que se lo llevó prestado.
Al llegar a su casa se metió en su habitación y comenzó a estudiarlo. A las dos horas había descifrado un párrafo y al instante lo puso en práctica. Cuando acabó de formular el hechizo todos los muñecos cobraron vida y se salieron de la habitación. Los muñecos cada vez se revolucionaban más, hasta tal punto que se comieron sus deberes.
De repente su madre la llamó para ir al colegio.
¡Menos mal! ¡Todo había sido un sueño!
Cercana a ella había una mesa con muchos ingredientes, todos muy raros y un libro. Cogió el libro, pero por más que intentaba leerlo no podía. Estaba escrito en lenguas extrañas. Así que se lo llevó prestado.
Al llegar a su casa se metió en su habitación y comenzó a estudiarlo. A las dos horas había descifrado un párrafo y al instante lo puso en práctica. Cuando acabó de formular el hechizo todos los muñecos cobraron vida y se salieron de la habitación. Los muñecos cada vez se revolucionaban más, hasta tal punto que se comieron sus deberes.
De repente su madre la llamó para ir al colegio.
¡Menos mal! ¡Todo había sido un sueño!
Bonito cuento, Sara. Mejorarías tu trabajo con una ilustración personal. ¿No te parece?
ResponderEliminarSara me ha parecido original y muy fantástico tu cuento, haber si el próximo trabajo lo haces igual de bien con esa originalidad
ResponderEliminarAndrea T
Me ha gustado mucho tu cuento Sara, es muy disparatado y divertido.Espero que sigas así.
ResponderEliminarÁngela González