Érase una vez unos niños que fueron a ver las Pirámides de Egipto. Entraron y allí encontraron varios pasillos, un niño cogió una antorcha e iluminó todos los caminos. Al final decidieron ir por el pasadizo del medio, el niño que iba con la antorcha, pisó una cuerda que hizo que cayeran muchas piedras del techo, salieron y fueron por el primer camino que encontraron.
Pasaron por muchas puertas y pasadizos aunque no encontraron la salida, sí que hallaron el camino central, fueron hacia delante y de repente se pegaron a las paredes porque con la antorcha habían despertado a los murciélagos y arañas que estaban allí.
Siguieron adelante y llegaron a una gran sala, donde encontraron sarcófagos y antiguas reliquias. Las vasijas, pinturas, estatuas y sarcófagos estaban decorados con detalles de oro.
Uno de los niños que era muy listo sabía leer el idioma egipcio, gracias a él pasaron por varios laberintos hasta llegar a la salida.
Jorge Turiso
5º A
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