Estoy en contra de la explotación infantil.
¡Qué infierno el mío!
El que siempre tendré que ver,
disparos, muertos, bombas…
siempre veré.
Sólo tú me puedes salvar,
ayúdame a salir de aquí,
km y km tendré que recorrer,
para luego nada ser,
no vale la pena
pero yo quiero aprender.
Aunque no sólo yo recibo esto,
aunque no sólo yo lo recibiré.
No quiero sufrir más
por más que sufro
seguiré soñando…
soñar a veces es difícil,
pero hacerlo realidad todavía lo es más.
Quiero recibir una sonrisa,
una sonrisa de quien nunca veré,
yo quiero recibir un todo,
un todo que me cobije para siempre.
Sucias mis manos,
sucia mi ropa,
pero lo que yo sí tengo limpio es mi corazón.
¡Dime tú!
¿Cuánto tiempo más tendré que estar aquí?
Coral, has reflejado muy bien el dolor de estos niños y niñas que viven explotados por el trabajo, por las guerras...
ResponderEliminar¡Aprendamos a valorar lo que nosotros tenemos y a no protestar sin motivo!
Me ha gustado mucho lo de las manos sucias, la ropa sucia, pero el corazón limpio. "Lo más importante". Que nosotros también podamos decirlo de nuestro comportamiento y de nuestras actitudes hacia los demás.