Cuando nosotros tomamos
un vaso de agua
pensamos que a toda la gente
no le cuesta nada.
Cuando abrimos el grifo,
sale un chorro de agua,
nos duchamos con ella
y nos lavamos la cara.
Pero no a toda la gente
le cuesta tan poco,
hay gente que se esfuerza
por beber tan solo un vaso.
Hay niños que andan
más de veinte kilómetros,
que no pueden ir a la escuela,
y de trabajar ya están hartos.
Se pasan todo el día bajo la luz del Sol,
escarbando en la tierra
para comerse al año
una triste coliflor.
Y nosotros tan felices
comiendo todo el día,
acomodados en nuestra silla
viendo la televisión.
Es verdad nosotros tenemos de todo, en cambio ellos no tienen nada.
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