Érase una vez una princesa que vivía en un castillo con sus padres rodeada de muchos animales, pues le gustaban mucho.
María, que así se llamaba la princesa, jugaba con ellos y se lo pasaba genial.
Mentía a sus padres para poder estar con los animales, les decía que si podía salir para poder estar con sus amigos, sus padres la creían y la dejaban salir para que estuviera con ellos, pero María se adentraba en un bosque cercano a su casa, y allí cuidaba y jugaba con los animales.
Un día su madre sospechó de ella porque siempre se retrasaba media hora, entonces se lo dijo a su marido, el rey, y pensó. Al instante tuvo una idea: traer a los chicos de su edad al castillo donde vivían, para que se divirtiera con ellos y se enamorase de uno para casarse con él.
De esta forma el rey tendría sucesor, ya que era demasiado viejo, y podría dejarles al mando de la ciudad.
Al día siguiente llegaron unos chicos al castillo, la princesa María los vio y preguntó a sus padres:
- ¿Qué hacen estos chicos aquí?
Sus padres contestaron:
- Están aquí para que elijas uno.
Había 20 chicos:
Uno le trajo flores. Otro una cesta de nueces. Otro un libro. Otro un marco con su nombre. Otro un vino. Otro un álbum de fotos. Y así hasta el último, que le trajo un perro.
La princesa se quedó con éste porque tenía un aspecto muy agradable y sobre todo porque le había traído un perro que era su animal favorito. A partir de aquí, la princesa y Carlos, que era el nombre del chico, empezaron una relación y pasados 5 años se casaron.
Después de un año casados, sus padres se murieron, con lo cual María y Carlos heredaron el reino y fueron proclamados reyes.
María, que así se llamaba la princesa, jugaba con ellos y se lo pasaba genial.
Mentía a sus padres para poder estar con los animales, les decía que si podía salir para poder estar con sus amigos, sus padres la creían y la dejaban salir para que estuviera con ellos, pero María se adentraba en un bosque cercano a su casa, y allí cuidaba y jugaba con los animales.
Un día su madre sospechó de ella porque siempre se retrasaba media hora, entonces se lo dijo a su marido, el rey, y pensó. Al instante tuvo una idea: traer a los chicos de su edad al castillo donde vivían, para que se divirtiera con ellos y se enamorase de uno para casarse con él.
De esta forma el rey tendría sucesor, ya que era demasiado viejo, y podría dejarles al mando de la ciudad.
Al día siguiente llegaron unos chicos al castillo, la princesa María los vio y preguntó a sus padres:
- ¿Qué hacen estos chicos aquí?
Sus padres contestaron:
- Están aquí para que elijas uno.
Había 20 chicos:
Uno le trajo flores. Otro una cesta de nueces. Otro un libro. Otro un marco con su nombre. Otro un vino. Otro un álbum de fotos. Y así hasta el último, que le trajo un perro.
La princesa se quedó con éste porque tenía un aspecto muy agradable y sobre todo porque le había traído un perro que era su animal favorito. A partir de aquí, la princesa y Carlos, que era el nombre del chico, empezaron una relación y pasados 5 años se casaron.
Después de un año casados, sus padres se murieron, con lo cual María y Carlos heredaron el reino y fueron proclamados reyes.
María:
ResponderEliminarMuy bonito cuento, pero lo de mentir mal por que ya se sabe, que no hay que hacerlo nunca.
Carmen.