Yo iba hacia el colegio como todos los días. De repente vi unas gafas tiradas en el suelo, las cogí y… oí una voz que decía:
- ¡Deja esas gafas!
Miré a mi alrededor y no había nadie.
Hacia mí venía un contenedor de la basura y me dijo:
Miré a mi alrededor y no había nadie.
Hacia mí venía un contenedor de la basura y me dijo:
- Son mis gafas.
Le comenté que ningún contenedor hablaba, pero él me dijo que era el jefe. Me explicó que necesitaba ver quién no reciclaba bien o lo hacía mal y echarle la bronca.
Me despedí y me acordé de que no había hecho el trabajo. Llegué a clase y dije:
Le comenté que ningún contenedor hablaba, pero él me dijo que era el jefe. Me explicó que necesitaba ver quién no reciclaba bien o lo hacía mal y echarle la bronca.
Me despedí y me acordé de que no había hecho el trabajo. Llegué a clase y dije:
- “Ya sé de qué voy a hablar en el trabajo”.
Llegó mi turno y lo expliqué muy bien. Expuse que el contenedor amarillo es para la recogida de plásticos, el azul para el papel, el verde para el vidrio, el gris para restos orgánicos y uno específico para pilas.
Así terminé el trabajo que fue de 10+. Por la tarde di las gracias al contenedor.
Llegó mi turno y lo expliqué muy bien. Expuse que el contenedor amarillo es para la recogida de plásticos, el azul para el papel, el verde para el vidrio, el gris para restos orgánicos y uno específico para pilas.
Así terminé el trabajo que fue de 10+. Por la tarde di las gracias al contenedor.
Qué cuento más divertido y ocurrente.
ResponderEliminarJulita, vengo a saludarte, que últimamente paro poco, pero no hay que dejar de hacer estas cosas, y de paso te traigo un premio que mereces especialmente y que espero que te guste como a mí:
http://sonrisasdemilcolores.blogspot.com/2010/06/premio-manos-de-hada.html
Feliz fin de semana, y muchos besos.
Muchas gracias, "elizana" por acordarte de nosotros.
ResponderEliminarEs un premio muy bonito que voy a compartir.
Ahora a final de curso estamos acabando trabajos y vídeos para publicar y estamos un poco atareados.
Nos seguimos leyendo.
Un abrazo
Eduardo, me ha gustado mucho tú cuento.
ResponderEliminarun abrazo.
Carmen.