En un bosque muy frondoso
vivía un duende verde
que era algo impetuoso
y un poquito imberbe.
Se decía: “¿Qué he de hacer
para llamar la atención?
Puedo saltar mejor
demostrando emoción".
Generalmente, los duendes
saben molestar y divertir.
Lo que no saben hacer
es sumar y dividir.
Me convertiré en trapecista,
me haré un traje de cuero,
seré el dueño de la pista
en el circo y en cielo.
Mis saltos harán llorar
a todo duende presente.
Con mi astucia haré sentir
aventuras a la gente.
Seré el rey de todas las risas
en todas las revistas,
de la mano de los niños
y del brazo de los duendecillos.
Me llamarán saltarín
por mis saltos y acrobacias,
mi alegría será un festín
porque siempre haré gracia.
Visitaré mil escuelas,
mil países y escenarios,
jugaré con todos los niños
dando volteretas y saltos.
Y mientras esto pensaba,
una enanita graciosa
desde lejos lo miraba
y le dijo algo jocosa:
-¡Qué piensas duendecillo!
Si no eres más que un chiquillo.
¿Te has visto saltar?
No llegas a centímetro y pico.
Entonces el duendecillo
humildemente aprendió
que, antes de molestar
hay que aprender a respetar.
vivía un duende verde
que era algo impetuoso
y un poquito imberbe.
Se decía: “¿Qué he de hacer
para llamar la atención?
Puedo saltar mejor
demostrando emoción".
Generalmente, los duendes
saben molestar y divertir.
Lo que no saben hacer
es sumar y dividir.
Me convertiré en trapecista,
me haré un traje de cuero,
seré el dueño de la pista
en el circo y en cielo.
Mis saltos harán llorar
a todo duende presente.
Con mi astucia haré sentir
aventuras a la gente.
Seré el rey de todas las risas
en todas las revistas,
de la mano de los niños
y del brazo de los duendecillos.
Me llamarán saltarín
por mis saltos y acrobacias,
mi alegría será un festín
porque siempre haré gracia.
Visitaré mil escuelas,
mil países y escenarios,
jugaré con todos los niños
dando volteretas y saltos.
Y mientras esto pensaba,
una enanita graciosa
desde lejos lo miraba
y le dijo algo jocosa:
-¡Qué piensas duendecillo!
Si no eres más que un chiquillo.
¿Te has visto saltar?
No llegas a centímetro y pico.
Entonces el duendecillo
humildemente aprendió
que, antes de molestar
hay que aprender a respetar.
Me ha gustado y por supuesto la moraleja.
ResponderEliminarSaludos
Qué bien nos ha quedado a todos la poesía que hicimos el otro día en clase, cada vez que la leo me parece más y más bonita.
ResponderEliminarEsta poesía demuestra que un grupo con una buena dirección puede llegar a hacer cosas muy interesantes y bonitas.
ResponderEliminarBEGOÑA
Gracias Begoña, seguiremos deleitándote.
ResponderEliminarSaludos