viernes, 26 de febrero de 2010

La niña que se encontró un escudo

Érase una niña llamada Erika, era huérfana y pobre, no tenía a nadie con quien hablar, lo que hacía que cada día su vida fuera más infeliz.
Un día salió corriendo del colegio, cruzó la calle y rápidamente divisó un gran objeto tirado en el suelo, lo cogió con mucho cuidado y se lo llevó a su casa, lo dejó cuidadosamente en la cama de su habitación. Se puso a mirarlo y decidió ponerle un nombre como:”castillitos, leoncitos,” y pensando y pensando decidió llamarlo “el gran escudo”. Después llamó a Pepe, su vecino especialista en cachorros, y cuando éste fue a observarlo se quedó impresionado. Sus ojos se abrieron como muelles y gritó: ¡Es el Escudo de Castilla y León!
-¿Cómo lo has conseguido Erika?
-Me lo encontré en el suelo y lo cogí porque me pareció tan bonito…
-Hay que llevarlo a Castilla y León, estarán muy preocupados.
-Y…¿Dónde lo llevamos? ¿A Zamora?
-No, a Valladolid, que es su capital.
-No, no…se lo llevaremos a Burgos ya que su presidente Juan Vicente Herrera es de allí, y tiene una catedral gótica muy bonita y de paso nos quedamos a verla.
-Me parece una buena idea.
Se fueron Erika y Pepe a descansar para llevar al día siguiente el escudo a su destino.
Desde entonces Erika es una niña feliz porque comparte sus ideas con Pepe que le considera un gran amigo.

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