jueves, 11 de febrero de 2010

El ratón y el fantasma

Érase una vez un ratón llamado Ricardo que vivía en Burgos con su familia. Un día decidió ir a la catedral de Burgos para ver si encontraba algo interesante; al no ver nada pensó en marcharse.
De pronto, se puso a llover y el ratón prefirió esperar a que escampara, por lo que tuvo que pasar toda la noche en la catedral de esta ciudad. A media noche algo se movió rápidamente y el ratón decidió ir a ver qué pasaba.
En ese momento escuchó un tin, ton, tin, ton. Corrió a toda prisa y algo cayó sobre él; era el fantasma de la catedral de Burgos. Ricardo se asustó mucho y de tanto gritar, se cansó.
Le preguntó al fantasma qué era lo que quería y éste le respondió:
- Quiero ser tu amigo.
El ratón se quedó paralizado y contestó:
- Por cierto, ¿cómo te llamas? Yo Ricardo.
- Yo Felipe.
Los dos se hicieron muy amigos y se lo pasaron estupendamente. Así que el tiempo se les pasó sin darse cuenta.
El ratón se despidió prometiendo a su amigo una visita diaria y que vendría con más amigos para jugar al escondite entre las paredes de este gran monumento que es la catedral de Burgos.

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