sábado, 16 de octubre de 2010

El mejor abuelo del mundo

Para mí, mi abuelo era el mejor. Él siempre me hacía reír y me comprendía. A veces, cuando iba a verle me decía que si quería ir a tomar un pincho a su bar preferido.
Por las tardes, cuando mi madre se iba a algún sitio, yo le preguntaba que dónde se había ido y él me decía: "se la ha llevado un perro en la boca". Esos momentos eran de mucha felicidad para él y para mí porque nos reíamos mucho.
Pero eso, era antes de que falleciera. Mucha gente venía a visitarle y lloraban por él, sobre todo su prima.
Antes de que falleciera me pidió una cosa: que cuando se muriera, le incineráramos y eso hicimos. Cuando fuimos al tanatorio vino mucha gente a verle, antes de convertirle en cenizas.
Después de una temporada le trajeron con nosotros. Yo pedí unas pocas cenizas para guardarlas en un joyero que él me había regalado. Le escribí una carta, la metí en el joyero y esa misma noche recé por él frente a sus cenizas.
Soñe que me levantaba para ir al baño y al salir le encontraba mirándome con mi carta en sus manos y me decía: "te quiero por todo lo que has hecho por mí".

1 comentario:

  1. Carolina, que bonito cuento, se nota que querias a tú abuelo.!Felicidades!


    Carmen.

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