En una guerra había un tanque
que solía pasear por el estanque.
Todas las tardes miraba
a la bazoka, su enamorada.
Un problema había,
que era ¡del otro bando de la guerra!
Y el tanque se preguntaba:
¿por qué no puede ser mi enamorada?
Y seguía diciendo:
¡no lo entiendo, no lo entiendo!
Nunca se callaba,
¿por qué estar contra ella si es tan bella?
Y la guerra terminó,
pero en ella, la bazoka murió.
Ya nadie calma al tanque,
sólo los paseos por el estanque.
que solía pasear por el estanque.
Todas las tardes miraba
a la bazoka, su enamorada.
Un problema había,
que era ¡del otro bando de la guerra!
Y el tanque se preguntaba:
¿por qué no puede ser mi enamorada?
Y seguía diciendo:
¡no lo entiendo, no lo entiendo!
Nunca se callaba,
¿por qué estar contra ella si es tan bella?
Y la guerra terminó,
pero en ella, la bazoka murió.
Ya nadie calma al tanque,
sólo los paseos por el estanque.
Nazaret me ha encantado tu poesía.
ResponderEliminarProfundizas mucho y nos enseñas a los adultos.