Se utiliza para criticar a quien de acuerdo con las circustancias cambia repentinamente de opinión o actitud política, en otras palabras, se convierte en un "tránsfuga" (verdadero significado de esta expresión).
Algunos adjudican el origen de este curioso dicho al duque de Saboya, Carlos Manuel I, quien solía alternar sus simpatías por Francia y por España usando un jubón (prenda antigua que cubría desde los hombros hasta la cintura) de color rojo de un lado y blanco del otro.
Pero lo cierto es que, con motivo de las guerras de religión promovidas por la Reforma luterana, se hizo usual que los adversarios de cada banda (papistas y luteranos), para distinguirse de sus oponentes, vistiesen casaca y jubón de aspectos bien diferenciados. Dado que el forro de estas prendas era de color distinto al de la tela, a veces los parciales de una y otra fracción, ya sea para desorientar al adversario o para hacerse pasar por uno de ellos, daban vuelta a la casaca.
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