Aquí os dejo un refrán.
Expresión aplicada para significar el perjuicio que se sufre al proceder sin tino ni cautela, a lo loco, en cualquier asunto delicado.
Tales son los casos de la gallina ciega y la piñata, juego que llegó a dar nombre a un día: el Domingo de la piñata, en cuyos festivos se vendaban los ojos de los participantes y éstos, armados de un palo, comenzaban a dar garrotazos contra la cazuela de barro pendiente de hilo. Cuando la vasija era alcanzada por un certero garrotazo, éste se abría derramando su contenido _ que solía ser agua o pequeñas golosinas _ sobre el autor del golpe. Así, la gente estallaba en bullicioso jolgorio. De esta alegre costumbre, no extinguida del todo en nuestros días, precede la expresión dar palos de ciego.
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