Del amigo que os voy a hablar va a ser un niño simpático, guapo, misterioso por no saber dónde está su familia y explotado. (Pero dejó de serlo al leer esta carta que va a comenzar).
Querido amigo:
Un niño como tú no puede ser explotado así y creo que ya es hora de romper esas reglas de que los niños que no tienen cobijo o familiares tienen que ser explotados.
Tú tienes que ser como uno de nosotros, y tus amiguitos también, puesto que tenéis los mismos derechos que los demás.
A mí me ha parecido que hacer una recolecta es una buena idea, por eso hemos decidido hacerla, además de una manifestación.
Cuando salgas tú y tus amigos de esa jaula injusta, nos gustaría que cada uno de vosotros elijáis vuestro propio hogar y que tengáis el amor necesario para vivir.
Saludos para mis principitos y para ti que eres mi rey.
NOTA: Después de cuatro años agotadores, por fin, logramos que sacaran a esos niños inocentes de allí. Daban saltos de alegría diciendo : "somos libres".
Lo celebramos con una gran comilona y luego cada uno de ellos eligió a la persona que más les agradaba.
Al ir a ver a mi amiguito misterioso, mi rey, lo encontré despegando del cielo con dos blancas alas, una luz resplandeciente brillaba y una estrella que me lanzó cayó entre mis manos. Desde ese día guardo la estrella dentro de un cofre, cerrado con llave, que es mi corazón.
Laura, has escrito una bonita carta a ese amigo desconocido.
ResponderEliminarMe gusta mucho la sensibilidad que muestras en el final de la misma.