Érase un niño que se llamaba Carlos, muy soñador y un día que se aburría se puso a pensar en un mundo mágico, ideal, en el que todo fuera perfecto, todos los niños vivirían con lo que quisiesen, con muchos juguetes, consolas y videojuegos...
Carlos estaba muy contento de estar en ese mundo, todo era genial, pero un día algo raro pasó, no salió el Sol y Carlos y todos los ciudadanos estaban muy asustados; pero para eso estaba el árbol mágico, para decir lo que pasaba, y allí fueron todos. El árbol angustiado por la situación decidió buscarlo rápidamente y el problema era que el rey árbol estaba enfermo. Carlos y sus amigos se pusieron en contacto rápidamente con los mejores médicos para que se pusiese bueno… Pero no sentía mejoría. Carlos fue a buscar al mago del pueblo. No le encontró.
Cuando volvía a avisar a sus amigos de que no estaba, se encontró con él y le dijo en la situación que se encontraba el rey árbol y echaron a correr; el mago le pidió a Carlos que cogiera cuatro plantas de Lodas que a Carlos le costó mucho encontrar. Al final se hizo con ellas y echó a correr para dárselas al mago.
Y después de mucho tiempo y esfuerzo lo consiguieron, el rey árbol se puso bien, y sí reinó la genialidad otra vez en la ciudad ideal.
Carlos estaba muy contento de estar en ese mundo, todo era genial, pero un día algo raro pasó, no salió el Sol y Carlos y todos los ciudadanos estaban muy asustados; pero para eso estaba el árbol mágico, para decir lo que pasaba, y allí fueron todos. El árbol angustiado por la situación decidió buscarlo rápidamente y el problema era que el rey árbol estaba enfermo. Carlos y sus amigos se pusieron en contacto rápidamente con los mejores médicos para que se pusiese bueno… Pero no sentía mejoría. Carlos fue a buscar al mago del pueblo. No le encontró.
Cuando volvía a avisar a sus amigos de que no estaba, se encontró con él y le dijo en la situación que se encontraba el rey árbol y echaron a correr; el mago le pidió a Carlos que cogiera cuatro plantas de Lodas que a Carlos le costó mucho encontrar. Al final se hizo con ellas y echó a correr para dárselas al mago.
Y después de mucho tiempo y esfuerzo lo consiguieron, el rey árbol se puso bien, y sí reinó la genialidad otra vez en la ciudad ideal.
Christian me ha gustado tu cuente.
ResponderEliminarsigue asi.
Christian, me ha gustado me cuento. Muy original.
ResponderEliminarChristian. Muy bonito tú cuento, como se nota que lo has trabajado. ¡Felicidades!
ResponderEliminarCarmen.
Muy bonito el cuento sigue asi
ResponderEliminar