-Toboganes.
-Colador.-Tintero.
-Pluma.
-“Brazo”.
-Secador.
Instrucciones de uso:
1º Pulsar el botón verde.
2º Meter un papel.
3º Mirar y esperar…
4º Coger el papel.
5º Dar el botón rojo.
Cuando Daniel entró en la habitación, se encontró con la máquina Secretoide. No era lo que esperaba, era un aparato sencillo con dos simples botones:
-Verde-> encender
-Rojo->a pagar
Él sabía lo que quería. Deseaba saber el secreto de su vida futura.
Sacó el papel y lo introdujo en la máquina.
Al meter el papel en el artilugio, éste lo cogía como si fuese una impresora.
Primero, el papel pasó por unos tubos.
Después, atravesó un colador.
Luego, se transportó a la parte central donde había un lugar en el que una pieza mecánica, algo así como un brazo, el cual cogió una pluma, la mojó en el tintero y escribió unas palabras, casi ilegibles.
Cuando el “brazo” mecánico hubo terminado de escribir, el tintero y la pluma se encogían y se ocultaban.
A continuación, la hoja era transportada a un lugar donde la tinta se secaba.
Finalmente, la lámina pasó por otros tubos y toboganes hasta que sale por una rampa a una servilleta.
Allí se cogía el papel para leer el secreto.
Ese misterio podía resolver problemas, enigmas…
Cuando el joven lo cogió, como era indescifrable, no sabía si estaba del derecho o del revés.
Pasaron las horas y, al fin… ¡lo había descubierto!
Lo leyó:
Tus deseos se harán realidad, siempre que sepas cultivarlos.
Cuando terminó se quedó pensando: "Y si hago esto… ¿qué pasará?"
Estaba muy intrigado.
Al salir la respuesta, la duda era mayor.
Era una solución enigmática.
Miró a Secretoide, esperando una contestación. Pero éste no se movía.
Al final, Daniel decidió que el paso del tiempo daría la solución al misterio.
¡Genial!
ResponderEliminarSaludos desde Sevilla. Ana María Alcaide
Samuel:
ResponderEliminarPrecioso me ha encantado muy original, me puedes vender una de esas magnificas máquinas, ¿cuanto cuesta?
Ja, ja, ja, era broma.
Samu me ha gustado mucho.
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