Había una vez una niña llamada Leire y su hermana Nerea. Su padre se llamaba Javier y su madre Yazmín. Vivían en un pueblo de Sevilla llamado Aleluya.
Entre las dos se habían inventado un cuento, llamado “La ciudad invisible”.
Un día tal como hoy, las niñas desaparecieron, nadie sabía por qué excepto los padres.
Resultaba que Javier y Yazmín no eran sus padres biológicos, pues Leire y Nerea venían de otro sitio mágico, pero que no se veía excepto los que vivían allí y otras personas, muy pocas.
Así que todos preguntándose dónde estaban Leire y Nerea. Los “padres” les decían que estaban en unas vacaciones, pero nadie se lo creía.
Todos pensaban que las habían raptado.
Un día aparecieron las dos como surgiendo de la nada.
Las amigas de Leire y de Nerea ya estaban hartas de que estuviesen cada dos por tres desapareciendo y luego de la noche a la mañana volvieran.
Un día Leire y Nerea pensaban que nadie las estaba persiguiendo y resulta que sí las estaban observando sus propias amigas.
Cuando ya habían llegado a la ciudad llamada “Milagro” las amigas de esa ciudad las descubrieron, pues los dos grupos de amigas estaban hartas de sus desapariciones y el grupo de “Milagro” iba a hacer lo mismo que las otras.
Y Leire y Nerea lo tuvieron que explicar todo con pelos y señales.
Y las amigas de Sevilla se lo contaron a sus padres y así hasta que supo todo el pueblo que tenían poderes y que sus desapariciones eran porque allí tenían a sus padres biológicos.
Por su parte las amigas de “Milagro” también se lo contaron a los suyos y entonces también lo sabía todo el pueblo.
Y así era más fácil convivir porque no tenían nada que esconder.
Entre las dos se habían inventado un cuento, llamado “La ciudad invisible”.
Un día tal como hoy, las niñas desaparecieron, nadie sabía por qué excepto los padres.
Resultaba que Javier y Yazmín no eran sus padres biológicos, pues Leire y Nerea venían de otro sitio mágico, pero que no se veía excepto los que vivían allí y otras personas, muy pocas.
Así que todos preguntándose dónde estaban Leire y Nerea. Los “padres” les decían que estaban en unas vacaciones, pero nadie se lo creía.
Todos pensaban que las habían raptado.
Un día aparecieron las dos como surgiendo de la nada.
Las amigas de Leire y de Nerea ya estaban hartas de que estuviesen cada dos por tres desapareciendo y luego de la noche a la mañana volvieran.
Un día Leire y Nerea pensaban que nadie las estaba persiguiendo y resulta que sí las estaban observando sus propias amigas.
Cuando ya habían llegado a la ciudad llamada “Milagro” las amigas de esa ciudad las descubrieron, pues los dos grupos de amigas estaban hartas de sus desapariciones y el grupo de “Milagro” iba a hacer lo mismo que las otras.
Y Leire y Nerea lo tuvieron que explicar todo con pelos y señales.
Y las amigas de Sevilla se lo contaron a sus padres y así hasta que supo todo el pueblo que tenían poderes y que sus desapariciones eran porque allí tenían a sus padres biológicos.
Por su parte las amigas de “Milagro” también se lo contaron a los suyos y entonces también lo sabía todo el pueblo.
Y así era más fácil convivir porque no tenían nada que esconder.
SARA. ¡Imaginación al poder!, me gusta tú cuento ¡Felicidades!.
ResponderEliminarCarmen.
Gracias Mamá, me alegra ver que te ha gustado.
ResponderEliminarGracias.