
Nos quedamos impresionados y aparecieron más y decían que si la vendiéramos no habría más ranas de oro.
Nuestro padre y nosotros fuimos con 10 ranas y antes de venderlas recordó la advertencia, pero la vendió y éramos millonarios. Al ir al campo para coger más, no aparecían. Sólo vimos una amarilla y nos la llevamos; como era de noche, nos fuimos y no buscamos más, pero la rana croaba mucho.
Que bonito cuando lo he leido casi me da algo de lo vien que lo has echo si sigues por ese camino llegaras muyyyyyyyyyyyyyyyy lejos.
ResponderEliminarUn abrazo al "Escritor".
Sara: "Qué" "leído" "bien" "hecho" "llegarás".
ResponderEliminarUn beso