Cuando estaba en la tripita
de mi mamá, ella me contaba historias y me ponía música clásica porque le
habían dicho que era bueno para el bebé, de eso no soy consciente, ella me lo
ha contado después.
Éstos podrían ser mis
primeros gustos por la lectura y las aventuras.
El primer libro que tuve fue
un libro de plástico, me bañaba con él, tenía dibujos muy infantiles, sólo
dibujos. Todas las noches mamá me leía cuentos a la hora de dormir, antes de
rezar las oraciones. Los que más me gustaban eran: “El dragón Aquí” llegué a
aprenderlo de memoria; los cuentos de siempre, cuentos para irse a dormir,
fábulas, aventuras y uno que me gustaba mucho que era “Muchos besos” en el que
había muchos dibujos y besos para dar y tomar. Así poco a poco con los libros
que me han regalado y los que me han comprado mis padres, tengo mi pequeña
biblioteca.
Cuando comencé mi etapa
escolar, Esperanza, mi profe, nos contaba cuentos e historias que, a mí, me
entusiasmaban.
Begoña, mi segunda profe, me
ayudó a aprender a leer mejor, a entender los cuentos e historias, fue una
etapa importante que recuerdo muy bien, pues yo ya manejaba los libros y leía
en casa.
El inicio del 2º ciclo de Primaria con Luis fue muy
duro, nos exigía mucho, pero aprendí a valorar las poesías y el teatro, era una
continua estimulación a la lectura, hoy se lo agradezco.
Ahora me encuentro en una
etapa escolar donde la lectura y mi formación educativa es excelente,
insuperable… gracias a Julita que nos impulsa a aprender y a superarnos cada
día más.
Gracias a todos.
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