Desde los cinco años deseaba tener un conejito. Un día soñé:
Estaba entre las nubes blancas saltando de una en una. Saltaba muy bien. hasta que tropecé y me caí. Así que... ¡Ahora empieza la historia!
Me levanté de la cama y desayuné con mis padres comentándoles lo del conejo. Ellos me dijeron que no podía ser. Mis hermanas se echaron a reír. Me fui a mi habitación.
Dibujaba conejos, familias enteras de conejitos... y también lo hacía con mi mascota "Mably" aunque era un peluche.
El día de mi cumpleaños mis abuelos me regalaron un conejo. Le llamé "Blyma". Casi como mi conejo de peluche.
Iba con él por la calle. Saltaba y jugaba... Siempre llevaba una zanahoria por si tuviera hambre. En los espectáculos él se emocionaba mucho.
De repente sonó el despertador y me tuve que levantar. Todo había sido un sueño, aunque me hubiese gustado que se hiciera realidad. Cada año sueño con ese deseo.
Con siete años el único regalo de reyes que deseaba era tener un conejo. Pero, mis padres no me dejaban.
Unos vecinos de una amiga que tenían uno le comentaron que daba mucho trabajo tener este animal por los cuidados que requiere.
Esther Rodríguez
5º A
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