sábado, 30 de enero de 2010

El campamento

Hoy Marta se ha apuntado a los campamentos de Pineda. Mañana el autobús la recogerá a las nueve, antes de irse a la cama prepara los libros que va a llevar.
Por la mañana, Marta, se despierta y se viste rápidamente y le dice a mamá:
- Mamá me puedes preparar las tostadas.
- Vale, pero no tardes mucho.
- Me falta coger mi maleta y bajar.
- ¿Quieres mermelada de fresa o de naranja?
- De fresa, mamá, sólo faltan 20 minutos para irme.
- Bueno... ¡Pues cuando llegues abres este regalo!
- ¡Gracias mamá, besos y más besos!
- ¡Adiós Marta y que te lo pases bien!
Al subir Marta ve a dos chicas y a un chico hablando, Marta se enamora completamente de él. Es tan guapo… piensa Marta, y se sienta a su lado, pero el chico dice:
- Perdón, pero está ocupado.
- Bueno...Sabrías dónde podría sentarme.
- Sí, mira en la primera fila.
- ¡Gracias!
- De nada.
Y se sentó al lado de una niña llamada Carla. Las dos se hicieron grandes amigas en el autobús. Al llegar hicieron un juego de representación, aunque algunos eran unos gamberros, intentaron portarse bien.
Por la noche hicieron un juego de luces y... ¡Ganó Marta!
Todos los días hacían una fogata y dos o tres juegos.
Carla y Marta se hicieron una gran amistad y también tuvieron bastantes amigas, tres chicos que las querían y algunas enemigas.
A veces, iban al bosque, a la playa, a algún lago, etc.
El penúltimo día fueron a ver un castillo desalojado.
Carlos, Carla y Marta querían entrar, pero los monitores no les dejaron. Ese día comieron paella al lado del castillo y empezaron a contarse historias.
Los monitores hablaban del castillo y sus maldades, pero como se hizo muy tarde tuvieron que acampar allí.
Por la noche, Carlos, Carla y Marta decidieron visitarlo, y en la entrada vieron un cartel que decía:
“Cui.....o con l...s fan.....mas” pero no lo vieron y entraron... ¡Ay! Gritó Marta, hay arañas más de mil!
Carlos la tranquilizó dándole sus guantes... y siguieron el pasillo.
Pero al final encontraron una armadura y....
¡Dentro vieron un enorme diamante, pero cuando lo iban a coger cayeron en una trampa.
Mientras caían Carlos dijo a Marta:
- Marta te quiero.
Y Marta respondió:
- Yo también te quiero.
- Bueno, adiós chicas.
- Adiós chicos.
Pero justo cuando se creían entonces muertos, algo les llevó a la salida. Y se olvidaron el diamante. Desde ese día son muy buenos amigos.

1 comentario:

  1. Esptupendoooooooo. tienes mucho talento. Es una bonita historia de amor y amistad. me gusta

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