miércoles, 20 de enero de 2010

Carlos y sus despistes

En un colegio público llamado “Santa María de Arcos” que estaba en Villarreal, como viaje de fin de curso los alumnos de 5º B iban a ir el día 22 de mayo a visitar la Catedral de Burgos.
Carlos, que era uno de los alumnos, estaba muy contento pues le gustaba mucho la Historia y los monumentos y Burgos tenía mucho que enseñarle.
Ya llegó el momento deseado por él, ¡Carlos estaba nerviosísimo por ver esta ciudad!
Después de una hora de viaje, llegaron a su destino. Nuestro protagonista se quedó sorprendido de lo bonita que era la ciudad, con paseos y jardines, pero se sorprendió más al ver la catedral.
Sacaron entradas para todo el grupo y la profesora les dijo que estuviesen atentos a la explicación. El guía les fue explicando todo, el Papamoscas, el Altar Mayor, la Capilla de “El Cristo”, etc.
Carlos que era muy despistado, se distrajo viendo el Papamoscas y cuando se quiso dar cuenta, su grupo ya no estaba. Intentó buscarles, pero la Catedral era muy grande, no sabía por dónde seguir, empezó a ponerse nervioso. ¡Había muchos pasillos! Esto es un laberinto, pensaba Carlos. Se acercó a un grupo de visitantes, pero no le entendieron pues eran japoneses.
Desesperado, buscó la salida y comentó a la recepcionista que estaba allí que estaba perdido.
Al momento, la señorita por megafonía informó de la pérdida de Carlos. Al instante se presentó su profesora Marisol y lo encontró hecho un manojo de nervios.
Marisol le dijo:
- ¡Qué raro Carlos, tú como siempre en tu mundo, tienes que estar con tu grupo!
La profesora dio las gracias a la recepcionista y Carlos ya no se separó en todo el día.
Siempre tendrá como recuerdo de Burgos que se perdió viendo lo bonita que es la Catedral.

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