sábado, 30 de mayo de 2009

Los monitor@s del Molino de Butrera nos dan la bienvenida

Ya hemos vuelto de aulas de la naturaleza y os queremos contar lo bien que nos lo hemos pasado.
Aunque el cielo encapotado cubría el valle de Sotoscueva los alumnos del Padre Manjón hacíamos caso omiso de las amenazas de lluvia y bajábamos entusiasmados del autobús para conocer al fin el Molino de Butrera.

El equipo de monitores nos ha dado la bienvenida y a continuación, hemos pasado a alojarnos, nerviosos y con gran curiosidad por conocer nuestros aposentos para estos días. Algunos han conocido entonces sus habitaciones en el Molino, que les han encantado, otros deshacían sus maletas entusiasmados porque les tocaban las cabañas. Una vez instalados, las nubes nos han respetado pasando sobre nosotros sin descargar y hemos podido hacer unos cuantos juegos de presentación y luego organizarnos en grupos, cada uno con el nombre de una Merindad, Sotoscueva, Espinosa, Montija y Valdeporres.

Mientras estábamos comiendo, hemos tenido una importante visita: Jana Metalizaitor, que venía a pedirnos ayuda para salvar a su pueblo de los enormes animales y plantas mutantes tan peligrosos que viven en el futuro. Para ello, hoy nos ha propuesto idear unas peculiares esculturas haciendo volar nuestra imaginación.

Poco antes de las cuatro de la tarde, cuando nos disponíamos a salir hacia el pueblo de Torme dando un paseo, las nubes no han podido contener más todo el agua que contenían y ha comenzado a diluviar. Así que sin preocuparnos mucho hemos cambiado los planes para realizar diferentes actividades en grupos, y mientras unos realizábamos tiro con arco resguardados de la lluvia, otro grupo hacíamos unos bonitos talleres, de flores y papiroflexia. Después de merendar parecía que escampaba, así que sin miedo nos hemos lanzado hacia Torme, recorriendo el bonito paseo que bordea el río Trema. Y nos ha dado tiempo para conocer un poco la vida de estos pueblos del norte de Burgos, su arquitectura, forma de vida… y entre una cosa y otra incluso de comprar algunas reservas de chuches para la semana. A la vuelta la lluvia ha vuelto a aparecer y aunque hemos conseguido librarnos del gran chaparrón nos hemos mojado un poquito. Pero sin problema porque enseguida llegábamos al molino para cambiarnos de ropa y tomar la sopa calentita que nos esperaba en el comedor.

No podíamos ocultar tantas emociones y tanta novedad y la cena ha sido bastante alborotada. Antes de irnos a dormir, hemos calmado un poco los ánimos con unas cuantas canciones alegres y otras relajantes para por fin prepararnos para ir a la cama. ¡Qué bien se está al fin en el saco después de un día tan intenso! ¡Buenas noches!

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