El chocolate envenenado
Al decir esto vieron al lobo con mala cara; pero, un lobo tiene mucha resistencia física.
Jorge y Natalia sintieron pena, parecía que se iba a morir, y… el lobo dijo que le dolía la tripa y Natalia pensó que el chocolate podía estar envenenado.
Le preguntaron a Bajín qué se necesitaba para curarle y éste respondió que necesitaban una semilla. Jorge metió la mano en su bolsillo y encontró una, pero tenía mucha hambre y se la quería comer.
Bajín dijo que no y se lo dieron al lobo para que pudiera curarse. El lobo, por esto, le dio mucho chocolate a Jorge.
Y colorín, colorado, este cuento se ha terminado.
Créditos:
Autores de este artículo: Aitor Alcelay, Samuel Rey y Álvaro Serrano
Curso: 6º A
Centro: CP Padre Manjón
Localidad: Burgos
País: España
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