Érase una vez un niño que no hacía nada cuando iba a sus clases de matemáticas. Los profesores no lo entendían porque en las demás asignaturas era un niño aventajado de los demás sacando unas medias de más de nueve, incluso algunas hasta de diez, sus padres pensaban lo mismo, pero no conseguían adivinar el problema.
La realidad, que no la sabía nadie, era que en el libro de matemáticas había un duende llamado: Trupi. Éste era un duende muy vago y que lo que más odiaba era estudiar. Pero no sólo eso, también tenía un don mágico, era que podía convencer a todos de todo lo que él quisiera. Desgraciadamente eso fue lo que hizo con este niño.
Así transcurrió todo el curso con las largas charlas de Trupi al niño. Finalmente cuando ya acabó, y por supuesto, lo suspendió, a sus padres no les sentó nada bien, pero al niño le daba igual.
A los ocho días las cosas cambiaron y sus padres le obligaron a estudiar hasta que se supiera todo de pe a pa. El niño estaba deseoso de salir por ahí a jugar, pero no, sus padres se lo impedían a toda costa; vio que no podía hacer nada e intentó estudiar. Trupi se lo impedía, tuvo que decirle que o le dejaba estudiar para poder salir o contaba todo, por lo que tendría que huir o morir.
Trupi se resignó y le dejó estudiar hasta que por fin se lo supo todo y después de decírselo a la perfección a sus padres le dejaron salir un poco a la calle a jugar, tenía un mes entero para disfrutar antes de los exámenes de recuperación. Se lo pasó muy bien con los amigos, estando muy seguro de que ese examen lo aprobaría con buenísima nota.
Finalmente llegó el día del examen y… sí, allí apareció Trupi y le distrajo, le hizo que se despistara, en resumen que intentó que no aprobara el examen de matemáticas. La nota fue un jarro de agua fría para el niño, después de haber estudiado tanto, sacó tan solo un cuatro con ocho por lo que se chivó de Trupi, nadie le creyó salvo su hermano pequeño. Un día cuando menos se lo esperaba Trupi, el niño le grabó en video y sus padres y su profesora le pidieron perdón por no haberle creído y el muchacho dio las gracias a su hermano por creerle en todo momento.
Por ultimo, su profesora le aprobó con un Bien, y desde ese curso las mates se le dieron como todas las demás asignaturas porque Trupi no volvió a aparecer.
Os preguntáis qué le pasó a Trupi ¿no? Pues que después del vídeo se murió porque le vieron más humanos.
La realidad, que no la sabía nadie, era que en el libro de matemáticas había un duende llamado: Trupi. Éste era un duende muy vago y que lo que más odiaba era estudiar. Pero no sólo eso, también tenía un don mágico, era que podía convencer a todos de todo lo que él quisiera. Desgraciadamente eso fue lo que hizo con este niño.
Así transcurrió todo el curso con las largas charlas de Trupi al niño. Finalmente cuando ya acabó, y por supuesto, lo suspendió, a sus padres no les sentó nada bien, pero al niño le daba igual.
A los ocho días las cosas cambiaron y sus padres le obligaron a estudiar hasta que se supiera todo de pe a pa. El niño estaba deseoso de salir por ahí a jugar, pero no, sus padres se lo impedían a toda costa; vio que no podía hacer nada e intentó estudiar. Trupi se lo impedía, tuvo que decirle que o le dejaba estudiar para poder salir o contaba todo, por lo que tendría que huir o morir.
Trupi se resignó y le dejó estudiar hasta que por fin se lo supo todo y después de decírselo a la perfección a sus padres le dejaron salir un poco a la calle a jugar, tenía un mes entero para disfrutar antes de los exámenes de recuperación. Se lo pasó muy bien con los amigos, estando muy seguro de que ese examen lo aprobaría con buenísima nota.
Finalmente llegó el día del examen y… sí, allí apareció Trupi y le distrajo, le hizo que se despistara, en resumen que intentó que no aprobara el examen de matemáticas. La nota fue un jarro de agua fría para el niño, después de haber estudiado tanto, sacó tan solo un cuatro con ocho por lo que se chivó de Trupi, nadie le creyó salvo su hermano pequeño. Un día cuando menos se lo esperaba Trupi, el niño le grabó en video y sus padres y su profesora le pidieron perdón por no haberle creído y el muchacho dio las gracias a su hermano por creerle en todo momento.
Por ultimo, su profesora le aprobó con un Bien, y desde ese curso las mates se le dieron como todas las demás asignaturas porque Trupi no volvió a aparecer.
Os preguntáis qué le pasó a Trupi ¿no? Pues que después del vídeo se murió porque le vieron más humanos.
Bruno he leído tu cuento es muy divertido y muy bonito, como siempre haces unos cuentos muy originales.
ResponderEliminar