martes, 21 de diciembre de 2010

El aro mágico

Érase una vez en Burgos, una ciudad tranquila y apacible, un grupo de amigos que eran: Jorge, el menor de nueve años y el más miedoso; Pepe, el más alto de nueve años y medio; Álvar, él un poco tonto de diez años; Juanjo, el ingenuo, de diez años y medio; y Edu , el mayor que tenía once años.
A estos amigos les encantaba jugar al baloncesto. Todos los días después de las clases quedaban en el parque o en el polideportivo y esta historia ocurre en el polideportivo.
Una mañana de sábado el grupo de amigos se reunió en el polideportivo a echar un partido. Álvar tira a canasta y metió, Juanjo… ¡Metió un triple! Jorge al tirar ¡Plof! La pelota desapareció cuando entró. Edu tiró y la pelota se metió en el aro y también desapareció; así cientos de veces, hasta que se quedaron sin pelotas.
Fueron a llamar a la policía que cortó la red para ver qué era lo que hacía desaparecer las pelotas, miraron de abajo para arriba del aro y se veía el techo igualmente. No sabían lo que pasaba.
Todas las personas del mundo fueron allí a tirar cosas para ver si igual no daba abasto y caía todo, pero,…. ¡Se tragaba todo!
Nadie se atrevía a hacer nada ni la policía, ni la fuerza armada, ni nadie.
Pero Juanjo dijo:
- ¿Y si nos metemos dentro del aro y vemos lo que hay al otro lado?
Cuatro se metieron y vieron que el suelo era rojo, y allí estaba todo lo que habían tirado, pero se encontraron con ¡MARCIANOS! que no les dejaban pasar.
Jorge que se había quedado fuera del aro, porque era el más miedoso oyó: ¡Ayuda! ¡Socorro! ¡Auxilio! ¡Marcianos! Se asustó y aún más cuando un tentáculo multicolor cogió una canasta y la metió para dentro. La gente huyó despavorida y él fue el primero.
Cuando llegó a su casa lo pensó muy bien: tengo que ir a ayudar a mis amigos. Cogió una cuerda y fue al aro mágico. Ató un extremo a una pared y el otro a sus caderas y se metió dentro del aro. Vio que los extraterrestres estaban dando una fiesta. Sus amigos le contaron lo ocurrido, se sentían mal porque les tirábamos cosas a su ciudad y no podían vivir. Así los niños metieron todo por donde había entrado, y ahora los marcianos y los hombres podían comunicarse. Y un día jugaron los niños contra los marcianos y…. ¡Quedaron empate!

1 comentario:

  1. Álvaro: Que cuento más imaginativo, pero la amistad es lo importante .Felicidades por este cuento.
    Suerte con la competición de baloncesto los días 27y29.


    Carmen.

    ResponderEliminar

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails