Nueva versión del cuento "Los tres cerditos"

Érase una vez tres cerditos llamados Pancho, Poncho y Pincho que vivían muy felices en una granja y se pasaban todo el día jugando, revolcándose en el barro y gastando bromas a los demás animales de la granja. Todos estaban hartos de sus bromas  y el gallo les repetía muchas veces:

-Ya veréis cuando llegue San Martín, entonces no os reiréis tanto.

Pero los cerditos no le daban ninguna importancia y seguían con sus juegos. Meses más tarde, llegó a la granja un camión con un rótulo que ponía “Martín Lobo, transporte de animales” y pensaron que los iban a llevar de excursión y subieron sin miedo al camión. Pero allí, una oveja les contó que el conductor se llamaba Martín Lobo y el lobo es el terror de las ovejas y los cerdos y se acordaron de las palabras del gallo, que un día llegaría alguien llamado Martín.

Entonces les entró un miedo espantoso y se abrazaron los tres, temiendo que no iban a salir de ésta.

El camión pasó por Segovia y vieron en un anuncio de un restaurante: Cochinillo Asado. Entonces  comprendieron cuál iba a ser su final y al bajarlos de camión se escaparon, echaron a correr y cada uno se escondió en un lugar diferente.

Pincho se escondió en una tienda de campaña que habían montado unos turistas. Poncho se escondió en una caseta de madera que habían hecho unos niños para una peña. Y Pancho, que era el más listo, se metió en el remolque de un camión.

El conductor Martín Lobo, se puso a buscarlos y encontró a Pincho derribando la tienda de un manotazo, pero Pincho que era muy hábil, se escapó y fue corriendo a la caseta donde estaba Poncho. Allí los dos se abrazaron llorando, llegó Martín Lobo y de una patada tiró la puerta y se escaparon gruñendo por la ventana. Pancho les oyó y les llamó para meterse en un escondite.

Al poco rato, el camión se puso en marcha y perdieron de vista  a Martín Lobo y a Segovia. Se abrazaron muy contentos porque vieron que en el camión ponía Campofrío (Burgos) y pensaron que les llevaría otra vez al campo donde eran  tan felices.

Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

Jorge Turiso

5º A